En días como hoy, a un mes del inicio de la floración...
Y 15 años, hace ya que te fuíste.
Todavía te siento aquí, a mi lado, protegiéndome. No hay día que pase en mi vida, en el que no estés presente.
Y es que solo tengo que hacer un "click", para rebobinar y encontrarme revolviendo entre los cajones de tu cómoda, en busca de alguno de tus pañuelos de seda. El que más me agradaba al tacto, con ese me quedaba.
Después, me dormía con él entre los dedos, frotando seda con seda y a veces incluso, (cuando me dejabas) dormía contigo. Creo que esas fueron las noches en las que mejor he descansado en la vida... En las que probablemente tú dormirías fatal.
Recuerdo que te quejabas, porque decías que no paraba quieta ni durmiendo y que llevabas las piernas llenas de moratones, porque yo pegaba patadas en sueños.
Todavía hoy intento buscar el aroma de tu casa... Pero nunca lo encuentro.
Y es que tu casa olía a tí y no hay nadie, que huela como tú. Además, siempre aderezabas ese aroma tuyo con tus comidas deliciosas, tus perfumes, tus pinturas y tu laca (que era vital).
No recuerdo como olía... Pero sí que podría describir perfectamente, todos y cada uno de sus rincones.
Y es que, a pesar de ser pequeñito, aquél piso del barrio de Gracia, era tu hogar, el mío y el de mi hermano... Era nuestro hogar.
Éramos una familia, hasta que nos dejaste.
Pero aunque no estés físicamente, siempre estarás presente. Y nada ni nadie, cambiará jamás, ese vinculo que quedó entre nosotr@s.
Solo me queda decirte que te echo de menos... Y que me encantaría, que hubieras conocido a tu bisnieta. Ella no te conocerá, pero sabrá que también estarás ahí, para protegerla en los momentos difíciles.
Voy a dejar que suene la música, para volver atrás y estar sentada en tu regazo...
T'estimo Iaia
Y 15 años, hace ya que te fuíste.
Todavía te siento aquí, a mi lado, protegiéndome. No hay día que pase en mi vida, en el que no estés presente.
Y es que solo tengo que hacer un "click", para rebobinar y encontrarme revolviendo entre los cajones de tu cómoda, en busca de alguno de tus pañuelos de seda. El que más me agradaba al tacto, con ese me quedaba.
Después, me dormía con él entre los dedos, frotando seda con seda y a veces incluso, (cuando me dejabas) dormía contigo. Creo que esas fueron las noches en las que mejor he descansado en la vida... En las que probablemente tú dormirías fatal.
Recuerdo que te quejabas, porque decías que no paraba quieta ni durmiendo y que llevabas las piernas llenas de moratones, porque yo pegaba patadas en sueños.
Todavía hoy intento buscar el aroma de tu casa... Pero nunca lo encuentro.
Y es que tu casa olía a tí y no hay nadie, que huela como tú. Además, siempre aderezabas ese aroma tuyo con tus comidas deliciosas, tus perfumes, tus pinturas y tu laca (que era vital).
No recuerdo como olía... Pero sí que podría describir perfectamente, todos y cada uno de sus rincones.
Y es que, a pesar de ser pequeñito, aquél piso del barrio de Gracia, era tu hogar, el mío y el de mi hermano... Era nuestro hogar.
Éramos una familia, hasta que nos dejaste.
Pero aunque no estés físicamente, siempre estarás presente. Y nada ni nadie, cambiará jamás, ese vinculo que quedó entre nosotr@s.
Solo me queda decirte que te echo de menos... Y que me encantaría, que hubieras conocido a tu bisnieta. Ella no te conocerá, pero sabrá que también estarás ahí, para protegerla en los momentos difíciles.
Voy a dejar que suene la música, para volver atrás y estar sentada en tu regazo...
T'estimo Iaia
2 comentarios:
recuerdo aquella casa, y cómo no a tu abuela,pero lo que has escrito, parecen mis propios recuerdos con respecto a mi madre,yo también la siento conmigo .Continúa escribiendo,lo haces muy bien;me siento muy orgullosa de tí sobri.
Qué grande eres, tita!!!
Muchas gracias por estas lindas palabras! :D
Te quiero loka!!
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